Eldergrove – Capítulo 1

Un Personaje Atemporal

El sol comenzaba a descender sobre Eldergrove, bañando el paisaje con un cálido resplandor dorado. Los árboles, altos y antiguos, se erguían como guardianes de un tiempo olvidado, y el viento susurraba secretos que solo el bosque podía entender. En medio de este entorno idílico, un grupo de jóvenes se reunió en la plaza del pueblo, sus rostros reflejando tanto la expectativa como la incertidumbre.

Elian, el más reservado del grupo, observaba a sus amigos con una mezcla de admiración y frustración. Con sus ojos de un azul profundo, que parecían reflejar el cielo en sus días más despejados, y su cabello oscuro, que caía desordenadamente sobre su frente, parecía un artista que todavía no había encontrado su lienzo.

Sin embargo, no era el momento de pensar en eso; había algo más inmediato en juego. Las voces de sus amigos lo sacaron de su ensueño.

Aunque tenía apenas diecisiete años, su mente estaba llena de pensamientos que a menudo lo hacían sentirse fuera de lugar entre sus compañeros. Desde temprana edad, había tenido sueños vívidos y extraños, que le revelaban visiones de paisajes devastados y sombras inquietantes. A pesar de su juventud, sentía que había vivido experiencias que parecían pertenecer a otra época, como si su alma estuviera atrapada en un ciclo interminable de recuerdos.

Lyra: La Soñadora

“¿Estás listo, Elian?” preguntó Lyra, su voz melodiosa cortando el aire tenso. Era la más entusiasta del grupo, siempre buscando aventuras, y su energía contagiosa a menudo animaba a los demás. Con su cabello rubio brillante y su risa alegre, era el corazón del grupo. Había crecido escuchando historias de héroes y leyendas, y soñaba con tener su propia aventura, aunque a menudo se veía frenada por el sentido de responsabilidad que había heredado de su madre, una sanadora del pueblo.

“Supongo”, respondió Elian, forzando una sonrisa, pero no podía evitar que la inquietud burbujeara dentro de él. El deseo de explorar lo llenaba, pero su mente seguía atormentada por sus propios pensamientos oscuros.

Dorian: El Intrépido

“Vamos, ¡no te preocupes tanto! Solo estamos explorando el bosque. ¿Qué podría salir mal?” Dorian, el más audaz, caminó hacia adelante, desafiando al resto a seguirlo. Con su cabello castaño claro y su mirada desafiante, era el tipo de persona que siempre estaba buscando la próxima emoción, sin pensar en las consecuencias.

Dorian había crecido con historias de valentía y heroísmo, y ansiaba demostrar que podía ser el protagonista de su propia saga. A menudo, su imprudencia lo metía en problemas, pero Elian sabía que bajo esa fachada había un amigo leal que estaba dispuesto a arriesgarlo todo por su grupo.

“Debemos tener cuidado, Dorian”, advirtió Elian, sintiendo el peso de la advertencia. El bosque tenía un aura especial, como si sus sombras guardaran secretos que estaban destinados a ser olvidados.

El Viaje al Bosque

Con un grito de ánimo, el grupo se adentró en el bosque. Las risas y el murmullo de la conversación llenaron el aire, disipando la sombra de la preocupación que había estado presente en Elian. Mientras avanzaban, el bosque se tornaba más denso, y los árboles parecían cerrar el paso, como si guardaran secretos antiguos.A medida que el grupo se adentraba, Elian notaba cómo su entorno cambiaba. Las hojas crujían bajo sus pies, y el aire se volvía más fresco y fragante. La luz del sol se filtraba a través del dosel, creando patrones en el suelo que danzaban con el movimiento de la brisa. Sin embargo, había algo más, un leve susurro en el viento que parecía llamarlo, como si las sombras del pasado esperaran ser descubiertas.

“No te quedes atrás, Elian. ¡Vamos!” le gritó Lyra, su voz llena de alegría. Sin embargo, Elian se sintió inquieto. La llamada del bosque resonaba en su interior, y mientras seguía a sus amigos, un miedo sutil crecía en su pecho.

Un Encuentro Inesperado

El grupo se detuvo en un claro donde una luz brillante parecía emanar del centro. Mientras se acercaban, descubrieron un pequeño altar cubierto de musgo y flores silvestres. En la cima del altar había un objeto que parecía antiguo, un amuleto de un metal que brillaba con una luz suave, casi hipnótica.

“¿Qué crees que es?” preguntó Aric, un amigo de confianza de Elian, que a menudo se encontraba atrapado entre la lógica y la curiosidad. Su cabello oscuro y sus ojos castaños eran la imagen del sentido común, y siempre era el primero en poner en duda cualquier decisión impulsiva de Dorian.

“Tal vez un artefacto antiguo”, sugirió Elian, aunque una sensación de advertencia le recorría la espalda. “Podría ser peligroso.”

“¿Qué? ¿Y si es un tesoro?” respondió Dorian, acercándose al altar. “¿Quién sabe qué poderes podría tener?”

“Podría ser una trampa”, insistió Aric, su voz tensa.

“Probablemente solo fue un pájaro”, dijo Dorian, aunque su mirada no ocultaba su propia inquietud. Sin embargo, Elian sabía que había algo más. La sombra que cruzó el claro parecía un eco de un tiempo olvidado, algo que esperaba ser recordado.

La Decisión del Grupo

“Tal vez deberíamos regresar”, sugirió Aric, pero Elian, en un impulso, dijo: “No, debemos descubrir qué es este lugar. Hay una historia aquí, algo que debemos entender.”

“¿Estás seguro?” preguntó Lyra, su mirada preocupada. “No quiero que nos metamos en problemas.”

“Si hay algo aquí que nos está llamando, tenemos que escucharlo. La historia de Eldergrove es más profunda de lo que pensamos”, insistió Elian, sintiendo que su intuición lo guiaba.

Los demás intercambiaron miradas, pero finalmente, la determinación de Elian prevaleció. “De acuerdo. Pero prometamos tener cuidado.”

Explorando el Pasado

Mientras Elian se acercaba al altar, sentía que el tiempo se ralentizaba. Con cada paso, las visiones comenzaban a entrelazarse con su realidad: un paisaje devastado, ecos de risas y llantos, y una sensación de pérdida. Al tocar el amuleto, una ola de energía lo recorrió, como si las historias olvidadas del bosque fluyeran a través de él.

“¿Qué está pasando?” murmuró Elian, cerrando los ojos mientras una multitud de imágenes lo invadía. Al abrirlos, vio a sus amigos mirándolo con preocupación.

“¿Estás bien?” preguntó Lyra, acercándose a él.

“Sí… creo que sí. Pero siento que hay más aquí. Este lugar tiene una conexión con algo antiguo, algo que está esperando ser descubierto”, respondió Elian, su voz temblorosa.

“Podría ser peligroso”, dijo Dorian, pero la curiosidad brillaba en sus ojos. “¿Qué tal si encontramos más pistas sobre esto?”

El grupo acordó explorar el bosque más a fondo, buscando respuestas en los murmullos de la naturaleza. Mientras se adentraban más, Elian sintió una mezcla de ansiedad y emoción. Su búsqueda apenas comenzaba, pero ya se sentía como si estuviera en el umbral de un descubrimiento que podría cambiarlo todo.

Las Sombras del Pasado

A medida que se adentraban en el bosque, las sombras parecían alargarse, y un aire de misterio envolvía todo a su alrededor. Las risas y la camaradería del grupo se convirtieron en murmullos cautelosos, y la sensación de que algo los observaba se intensificaba.“¿Creen que deberíamos darnos la vuelta?” preguntó Lyra, su voz apenas un susurro.

“No, debemos seguir adelante. Siento que estamos cerca de algo importante”, insistió Elian, su determinación afianzándose. “No podemos dejar que el miedo nos detenga.

”Pero las sombras comenzaron a moverse, y Elian sintió un escalofrío recorrer su espalda. “Hay algo aquí que no es de este mundo”, dijo, su voz resonando con la verdad de su intuición. “Debemos estar preparados para lo que venga.”

Los demás asintieron, compartiendo su inquietud. En su interior, Elian sabía que su viaje no solo se trataba de encontrar respuestas sobre Eldergrove, sino también de enfrentar sus propios miedos y descubrir quién era realmente.

Una Revelación Silenciosa

Esa noche, mientras el grupo se acomodaba alrededor de una fogata, Elian reflexionó sobre la extraña conexión que había sentido al tocar el amuleto. Sus pensamientos giraban en torno a los ecos del pasado, a las sombras que parecían bailar a su alrededor.

Las estrellas brillaban en el cielo nocturno, y el murmullo del viento a su alrededor parecía contar historias antiguas. A medida que el calor del fuego lo envolvía, Elian sintió que cada llama representaba una

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